SIN ESPEJOS NI PRETENSIONES

Que puedo decir, sobre lo que significa escribir…
El universo de cada quién, en sí mismo, es privilegiado; porque está presente dentro de un discurso, que se produce en un lenguaje, uno, lleno de actividades participativas. Indistintamente, del tipo de personalidad, en la cual solemos sentir mayor satisfacción o identificación. Cada oración está en una constante, que combina un proceso relacional, en el cual se conjugan distintas variables, que están marcadas por un significado tangible, equidad, derechos humanos, al igual que sus derivados característicos.
Es difícil en principio, poder incurrir en consideraciones, que parecen no tener una continuidad con la vida cotidiana, esa que solemos enmarcar, dentro una praxis mediatica, sin mayor inocuidad. Es por eso que, la lógica ha de estar necesitando una respuesta, a cada cuestionamiento, que dentro de nuestras funciones hemos de enmarcar. Por lo cual, dentro de cada interpretación, se ha de dirigir, una parte representativa del microuniverso, ese en el que, solemos transitar, entre un tiempo y espacio, cuya fenomenología, indiscutiblemente, no solemos percatarnos.
Donde toda comunicación es inherente a sus pretensiones, y es precisamente ahí, donde se registran distintos alcances, ya sea de bienestar, o calamidad; pues cada quien, es un reflejo simplista, falso; o, el resultado de un reconocimiento, dentro del cual, está indicando por sí mismo, todas sus diversidades o particularidades, que le hacen, no ser más parte del gentío.
Sin olvidar que la muchedumbre abruma, con tal simpatía, que interiormente activa nuevos supuestos. Esos, en los cuales pretendemos inmolar, concibiendo como un canal, para comunicarnos, lo cual es devastador. Con cada palabra aleatoria o no, toma una representación, que manifiesta nuestro verdadero fracaso, accidentado, equivocado, con alevosía o no; por lo que, a su vez, no deja de representar, el sentido en el que se desenvuelven los códigos, en los cuales solemos comunicar-nos.
En mi mundo, como lo tenía escrito antes, es un espacio, donde la oración en principio, está en esa constante, una que presenta, interpretaciones de comportamientos simbólicos o no, pero que no dejan de persistir, marcando un signo presente-ausente a la vez. Es por ello que, no hay distinciones, reiterando que tampoco hay pretensiones, solamente hay una estructura en contexto, que no se aleja de nuestra realidad, tangible, extraordinaria, en otros, repulsiva.
En cuanto al reflejo está presente, para diferenciar esos papeles comunicacionales, en los cuales no dejamos de insistir, subrayando que la construcción no es la vía; lo que hace apretado el discurso. El reflejo en mi caso, no está en lo encogida que se expresa la sociedad, sino, en lo que en esa escasa apreciación consigamos dar, que en pocas palabras, es una inversión a los vocabularios preexistentes, con atenciones sinceramente concedidas, a la responsabilidad de nuestros discursos, ya sea palabras, silencios, comunicación no verbal, cultura, otredad.
Con relación al lenguaje es un universo que confunde, enternece, en algunos casos, aterroriza; en ese encuentro o desencuentro de posibilidades, con máscaras o no, nuestra existencia constituye un papel importante. Es por ello, que, dentro de la inclusión, francamente, quedan todas las personas invitadas a compartir, de algunos aspectos, que dentro del diario convivir, están más presentes de lo que concebimos.

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