PRETÉRITO |
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El pretérito es el mejor pretexto, para excusarnos de esto, será acaso deshonesto, jugar con las palabras, qué se encuentran entre sombras. Así descubres a la vez encubres, toda esa emoción, qué nos genera afección. Hablar en pasado aquello causado, no edita la situación, ni genera admiración. El pretérito importa indudablemente exhorta, a reconocer el pasado, qué se encuentra intrincado. El pretérito absorta supongo recorta, la comunicación, qué lleva a la resolución. Es tan simple que sin duda cumple con la notable función, de desarraigar esa sensación, qué genera desolación no hay nada que hacer a secas obedecer. (pp. 79 – 82) --- VENTANA A mi ventana llegan aves no es para que te agobies, aunque en el edificio, suelen fumigar porque a las aves hay que acabar. ¿Qué se puede hacer? Cuando la gente suele aborrecer, todo lo que no suele conocer, creen que son epidémicas, piensan que su existencia es endémica. Sin embargo, se resisten a su manera subsisten, desde mi ventana veo un pequeñín, qué no sabe a donde ir, caminando vi un colibrí, con una belleza qué nunca vi. Otras aves vienen a acabar con mis cuerdas y en ese momento le abordas, ellas se detienen a observar, y con mucha atención no dejan de mirar. No sé si me comprenden no sé, si me entienden, es clara su finalidad, lo hacen para anidad. No creo poder tener el derecho de decidir que es estrecho, ellas estaban quizás antes, es algo que aguantes. Verlas pasar con tanto afán ver como se apoyan, es algo que valoras, es algo que adoras. Desde mi ventana cómo si fuera una fulana, veo aves pasar, veo sus nidos armar, es posible de admirar, es un gusto verlas pasar. (pp. 205 – 206) |