Como se puede ver |
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por un lado, las causales de la OMS, no se oponen a estas características que están enmarcadas como naturalezas, que definen en instancias al ser, a actuar en determinados momentos, pero si bien es cierto, el primer pilar está en el juego, sea consciente o no, destructivo o no. Después se presenta, como más común la reactiva, frente a lo hostil, que es considerado con los entornos, sea imaginaria o real, pero, asimismo, constituye una predicción. Cuando nos comunicamos con-sigo y los otros, estamos enmarcando, un nivel de contenido y de relaciones de comunicación entre las partes, debido a que quien comunica emite su mensaje. Sin embargo, para ser más concretos, el tipo de perspectiva que manejamos, es distinta, a la que el emisor dirige; razón por la cual, el mensaje cambia y se disgrega entre las partes. Por un lado, se presenta una serie de situaciones, frente a entornos posiblemente símiles o disímiles; y por el otro, nos dedicamos a suponer, para evitar una explicación. Dejando a un lado, volviendo a la comunicación monologal; y si le agregamos la variante, de no estar dispuestos a escuchar-nos y al otro, no es accidental, que se incurra en estas reacciones; y se le conceda más importancia, a la acción de violencia, que al factor que lo desencadena. Estamos frente a una génesis, que, de no ser detenida, lo impensado será innegable. La violencia, puede ser expresada por diferentes tipos, una palabra, gesto, una acción es lo más común; un gesto de un observador hacia otro(a), puede comunicar desde una efectiva violación a su espacio o intimidad, que es el vulgar morboso; hasta una efectiva discriminación o sentencia, de una manera completamente irreflexiva o insensata, que sobrelleva a una respuesta de diferentes índoles. En qué momento, el ser busco desconocer, fichar o registrar a otro con una expresión (gesto). En qué tiempo creímos, que el otro es para dominar. Cuando ni siquiera se pueden distinguir a sí mismos. Una acción claramente lidia, con una serie de mensajes, más contundentes y definitivos, que bajo ninguna circunstancia justifica, ni debe resaltar su sentir. Si bien es cierto, en su mayoría parte de que eso es en defensa, por frustración, envidia o celos, no alcanza a medir, en ninguna proporción el daño causado, tanto para sí como los otros o a quién piense dirigirlo. Bajo ¿qué circunstancias, se consideró qué es necesario anular a la persona, mediante el uso de sustancias, para desintegrar el rostro de alguien? Esto es un claro énfasis en violencia vengativa, pues al estar en un estado de impotencia e invalidez; debe dañar a otro, queriendo quebrantar a ese ser; y su declaración más evidente, es proclamar su mensaje, eso no lo va a ser sentir mejor, su desdicha está, en lo que lo ahoga; y no es externo, ni en el otro ser humano. El uso de la palabra es tan delicado, que aún desconocemos, el perjuicio que podemos ocasionarnos y a otros. Ni hablar de todo lo que puede comunicar o reservar un silencio; desde llegar a ser un acto de dominio y alcanzar a ser usado, como método de intimidación, entre otros elementos. Los medios de comunicación, son instrumentos de información que deben tener claro a la vez, que por ser masivos desencadenan reacciones; y, por lo tanto, sus palabras, pueden enmascarar acciones o reacciones violentas, conscientes o no, destructivas o no. (pp. 78 – 81) --- Los adultos mayores, están siendo considerados desechos; y obligaciones que no se quieren alcanzar. Olvidando que cada quien, llegara al término de una edad semejante. Con una paupérrima calidad de vida; y un gran desgaste en su salud mental, a raíz de este concepto que se ve como argumento, entre las partes del núcleo familiar, en un acuerdo tangible; con lo cual, el adulto mayor debe resignarse a ese tipo de trato; y lo que arrastra consigo, en su intra-relación. El ejemplo más claro, se da en las empresas o instituciones, donde las personas han dedicado tanto de sí, aquellos que se entregaron al máximo, ya sean docentes o profesionales en su área; y ante una caída o un desgaste por su edad, son destituidos con un latente nerviosismo, por parte de la institución por su aparente bienestar. ¿Qué sucede cuando esta persona, no quiere el retiro voluntario? ¿Qué ocurre con ese ser o docente que tenía y quiere dar más? Al habituarlo a una rutina completamente desconocida y sedentaria, ausente de ninguna presión, los optimistas, pueden resistirse; y busquen cosas que los estimulen; pero los que no, se abandonan y relegan, como si no merecieran, otra oportunidad de continuar creciendo. Ya sea en autocuidados o en su cotidianidad. Estas personas, comienzan a disminuirse, hasta que pasan inadvertidas entre sus propios núcleos. Seres creativos, influyentes, ejemplos a seguir, los extinguimos; y los dejamos desaparecer lentamente. El bien supremo en un individuo, es una autoconstrucción de su ser, en relación con el ideal individual y el político, que lo convierte en un hombre activo; debido a que comienza a ser autónomo, se cuestiona, indaga, sospecha; y con base en sus criterios de verdad, empieza a crear esa capacidad para elegir, una posibilidad que lo hace libre, en la medida en que, es consciente de sí mismo y su medio. Así pues, aparecemos, en una sociedad lejos de sí y los otros; y todo lo que exponemos o revelamos, no es más que una constante, que no emerge en cambio. Ciertamente, nuestras preconcepciones de sí, los otros y el medio, son presupuestos, que en efecto enuncian, una tranquila indiferencia, edificando nuestro conocimiento para rechazar-nos y a los otros. Decidiendo si es necesario, cerrarnos en nos-otros sin sí, enfocado en otros; y a la vez sin ellos. La razón de ser, es un ser que se enfrenta a sí y asume su vida, a partir de su construcción ética. Que definirlo es otra historia semántica. Asumiendo responsabilidades, como ser individual y político. Comprometido entre ese querer ser y su hacer. Por estructura social, es nuestra responsabilidad, no evadir-nos, sino esforzarnos, por comprender-nos. (pp. 141 – 143) |